Acción Educativa en Diabetes, Obesidad y Sobrepeso, A.C.

    Qué recomendaciones de alimentación podemos aplicar frente al COVID-19

    27 Mar 20 - 13:24


    INFORMACIÓN BÁSICA

     
    Los coronavirus son una familia de virus que en humanos pueden causar desde afecciones respiratorias leves tipo resfriado común hasta formas más severas como llamado Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS), el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS) y la afección ahora conocida como COVID-19. 
    Desde 2003, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha registrado un total de 8,096 casos confirmados de SARS a nivel mundial. Con un número de muertes de 774 alcanza una tasa de letalidad del 9.6%.  A diferencia del COVID-19 que acumuló un total de 462,684 casos confirmados tan solo en el periodo comprendido de diciembre del 2019 al 26 de marzo del 2020, que con 20,834 fallecimientos representa una tasa de letalidad del 4.5%. A pesar que en la gran mayoría de las personas los síntomas de infección por COVID-19 son leves y que la mortalidad porcentualmente hablando es más baja que en el SARS, puede distinguirse que parece diseminarse con mucho mayor rapidez y que un número de afectados tan grande podría determinar un alto número de muertes en cifras absolutas.

     
    Los síntomas más comunes del COVID-19 son fiebre [temperatura mayor a 38.5 °C] en el 80% de los casos, cansancio (40%) y tos seca (70%). Algunas personas aquejan malestar general, dolores y molestias musculares, nariz tapada y/o con secreción, dolor de garganta, dificultades respiratorias, dolor de cabeza, falta de apetito o diarrea. Generalmente son leves y aparecen de poco a poco. Incluso hay personas que se infectan y permanecen asintomáticas pero que conservan la capacidad de contagiar a otros.  El 80% de las personas infectadas se pueden recuperar de la enfermedad sin necesidad de un tratamiento especial. Y, solo una de cada seis personas que se contagian de COVID-19 puede enfermar gravemente y evidenciar dificultad para respirar.  Desafortunadamente, las personas mayores y aquellas que tienen otros padecimientos como diabetes, presión arterial elevada y problemas cardiacos, están en alto riesgo de presentar cuadros más graves y por tanto ameritan mayores precauciones y atención.

     
    La enfermedad se ha diseminado por contacto directo de personas infectadas a personas sanas, a través de la salida de pequeñas gotitas de la nariz o boca del enfermo por ejemplo al estornudar, y que son inhaladas por la persona sana; aunque también puede ser que la persona infectada pueda ir “sembrando” el virus en objetos y superficies frente a las que estornuda, tose o agarra con las manos contaminadas.

     
     
    RECOMENDACIONES GENERALES 

     
    Las recomendaciones para la población en general son aislarse de la posibilidad de contagio mediante un aislamiento voluntario en el hogar (#YoMeQuedoEnCasa), Mantener una higiene personal adecuada especialmente de las manos y del entorno donde vive (manijas, agarraderas, sanitarios y mobiliario); y, procurar desarrollar el mayor número de actividades por vía remota o a distancia. #YoMeQuedoEnCasa significa que toda la población debe salir de sus domicilios solo cuando sea imprescindible. No son vacaciones. Solo así podríamos controlar la trasmisión para disminuir la propagación de la infección y reducir la carga sobre el sistema de salud. Esta meta es responsabilidad de la población y actuar con sentido de precaución – prevención es la forma.

     
    Según lo ocurrido en Wuhan, China donde apareció el primer brote epidémico, parece que el estado de alarma debe limitarse a un periodo de 15 días, aunque por diferencias geográficas, climáticas y poblacionales, podría extenderse quizás al doble de tiempo en otras latitudes.

     
    La prevención del contagio frente al COVID-19 puede lograrse con: 1) Higiene en general y lavado frecuente y exhaustivo de manos, 2) Higiene respiratoria. Tapándose al toser o estornudar con el codo flexionado o usando pañuelos desechables, 3) Evitar tocarse ojos, boca, nariz u otras mucosas con las manos sucias, y 4) Aislamiento Voluntario, no viajar y mantener distancia de al menos un metro y medio entre personas cuando se tenga necesidad de salir a la calle.


                       

     
    Actualmente, no existe un tratamiento médico específico para este padecimiento y solamente se tratan los síntomas. No hay evidencia científica probada que justifique el uso de ningún fármaco en particular y los trabajadores de la Salud del Mundo entero estamos diariamente alertas a cualquier anuncio de las autoridades regulatorias nacionales y del extranjero.

     
    El estilo de vida debe tomarse en cuenta como condición para la prevención y para mitigar los estragos de una posible infección. Sustentados en cuatro pilares: dieta, ejercicio, descanso e higiene. Iniciamos el día de hoy una serie informativa y orientativa de cada uno de esos aspectos con el tema: 

     
     
    RECOMENDACIONES DE ALIMENTACIÓN FRENTE AL COVID-19 

     
    No existe un tratamiento nutricional específico frente al COVID-19. Las pautas aquí sugeridas pretenden primero, paliar los síntomas causados por la fiebre y las molestias respiratorias con una hidratación adecuada y, secundariamente a considerar que esos síntomas pueden acompañarse de falta de apetito y llevar a un consumo inadecuado de alimentos que agrava la pérdida de líquidos con la traspiración y el riesgo potencial de tener una presión arterial baja. Así entonces, monitorizar un consumo adecuado de alimentos y agua será de vital importancia. 
     
    Una alimentación saludable habitual es la recomendación para toda la población e igualmente para personas afectadas de COVID-19 con sintomatología leve y/o asintomáticas. Una alimentación saludable se define como “aquella que es suficiente, completa, equilibrada, satisfactoria, segura, adaptada al comensal y al entorno, sostenible y asequible”.

     
    Considere las siguientes recomendaciones para lograr una alimentación saludable:

     
    1. Hidratación adecuada. Es un aspecto fundamental de la alimentación correcta en toda la población particularmente en los grupos de mayor edad. Este es un aspecto de suma importancia en la persona infectada por COVID-19 con sintomatología leve y que permanece en su domicilio, sobre todo si tiene fiebre y/o tos, debiendo garantizarse el consumo de agua a libre demanda, es decir según la sensación de sed. Incluso sin esa sensación debe garantizarse el consumo de al menos 1.8 litros de líquido al día especialmente a los adultos mayores, toda vez que en ellos suele estar disminuida la sensación de sed y a que muchas veces no apetecen beber agua. Para estos fines, la sed se quita con agua natural de preferencia. También cuenta el consumo de caldos de verdura ó de carne y pescado (desgrasados), infusiones y té. No debemos considerar como fuente de hidratación los líquidos como jugos de frutas, leche o refrescos. Las gelatinas sin azúcar son un recurso útil para ayudar a los mayores a beber la cantidad de agua recomendada. No se aconseja el consumo de bebidas alcohólicas, vinos de mesa ni cerveza.
       
    2. Consuma al menos 5 raciones entre frutas y verduras al día. Distribuya en 2 raciones de fruta y 3 de verdura como consejo para toda la población, incluso en personas con COVID-19 con sintomatología leve. Si se tienen molestias de garganta, fiebre o falta de apetito puede realizar preparaciones de verduras en forma de puré o crema enriquecidas con un poco de aceite de oliva, así como la fruta pelada y picada para aumentar el deseo de su consumo. A los pequeños se les debe ofrecer, nunca forzar. En cuanto al tipo de frutas y verduras puede pensarse en todas ellas sin excepción, prefiriendo las frescas, de temporada y si es posible, de producción local.
       
    3. Consuma leguminosas y productos integrales. Las leguminosas son una rica fuente de energía y proteínas. Se recomienda elegir cereales integrales procedentes de grano entero (pan integral, pasta integral, arroz integral) y las leguminosas guisadas o en estofado, tratando de cocinarlas con verduras. En esta recomendación no se incluyen los derivados de cereales adicionados con azúcar o grasas, como son panes dulces ni pasteles, dejando su consumo sólo en situaciones excepcionales.
       
    4. Elija productos lácteos (leche y yogur) preferentemente bajos en grasa. Una reducción en los niveles de actividad influye negativamente en la salud ósea y el consumo de lácteos puede paliar esa situación al ser una rica fuente de calcio. Aunque existe cierta controversia científica sobre si se debe o no recomendar el consumo de productos lácteos descremados para los adultos, es prudente seguir recomendando elegirlos. Cuando se habla de la recomendación del consumo de leches fermentadas, como el yogur, jocoque, kefir, etc., nos referimos a los de tipo natural, no a variedades comerciales procesadas, saborizadas artificialmente, aromatizadas, adicionadas con frutas, etc., pues incorporan una cantidad importante de azúcar. No disponemos de pruebas que apoyen la idea que el consumo de lácteos fermentados ayude de alguna forma al aumento de las defensas, a prevenir o disminuir el riesgo de infección. Es a través de una dieta variada en frutas, verduras, productos integrales, leguminosas, frutos secos, semillas, leche y yogures, que podemos contribuir a tener una flora intestinal más saludable.
       
    5. Consumo moderado de productos de origen animal. Respecto al consumo de carnes puede seguir un patrón de consumo de pollo y pavo sin piel, dos a tres veces por semana; carne magra (sin grasa) de res o cerdo solo una vez por semana y pescado, dos a tres veces por semana. Puede consumir huevo 3 a 4 veces por semana.  Preferentemente acostumbre como métodos de preparación: asado, hervido u horneado, en lugar de freír los alimentos.  Y, limite el consumo de quesos ricos en grasas (los amarillos y/o secos) eligiendo los bajos en grasas como los quesos frescos (blancos y que sueltan suero).
       
    6. Elija el consumo de frutos secos, semillas y aceite de oliva. El aceite de oliva es la grasa de aderezo y cocinado por excelencia en la dieta mediterránea, conocida mundialmente por sus bondades para la salud.  Los frutos secos (almendras, nueces, cacahuate, etc.) y las semillas (pepitas de calabaza o girasol, etc,) también son una excelente opción, siempre que sean naturales o tostados evitando los frutos secos fritos, caramelizados y salados.
       
    7. Evite los alimentos precocinados y la comida rápida. El consumo de alimentos precocinados (Nuggets, croquetas, pastas, pizzas, lasañas, etc.) y la comida rápida (pizzas, hamburguesas, etc.) no están recomendados en general en una alimentación saludable, y en particular para los más pequeños de casa. Debido a su alta densidad energética (por su elevado contenido en grasas y/o azúcares), su consumo no está recomendado en general, y aún menos en condiciones de aislamiento o cuarentena domiciliaria debido a que pueden aumentar el riesgo de padecer sobrepeso u obesidad y otras patologías asociadas. La disminución de ejercicio físico y las conductas sedentarias durante el confinamiento y una dieta poco sana pueden aumentar el riesgo de padecer enfermedades crónicas, incluidas la diabetes e hipertensión arterial. 
       
    Adicionalmente, debe aclararse que no existen pruebas de que los probióticos, prebióticos o sinbióticos puedan ayudar, prevenir o disminuir el riesgo de infecciones en general. Sin embargo, se ha identificado Disbiosis intestinal en varios pacientes de COVID-19 y es posible que el uso de prebióticos o probióticos en forma de complementos alimenticios, pudiera ayudar a evitar infección bacteriana secundaria.

     
    Tampoco existen pruebas para recomendar el consumo de ningún producto naturista herbal o los llamados nutracéuticos para sujetos no infectados o en sujetos con sintomatología leve. Aunque es cierto que algunos nutrientes como el cobre, ácido fólico, hierro, selenio, vitamina A, vitamina B12, vitamina B6, vitamina C, vitamina D y zinc, contribuyen al normal funcionamiento del sistema inmunitario, es improbable que la suplementación y el abuso en su consumo llegue a asociarse con un menor riesgo. Por ello, no es recomendable su consumo para este fin.

     
    Las recomendaciones alimentarias y de nutrición en el paciente crítico con COVID-19 que ingresa a unidades hospitalarias competen únicamente al personal de la salud involucrado en su atención. Nos limitamos a decir que, el soporte nutricional debe ser una de las medidas centrales de un tratamiento integral para pacientes críticos con COVID-19 y que la mayoría de las pautas actuales recomiendan una evaluación temprana del riesgo nutricional de estos pacientes y establecer objetivos de soporte nutricional.

     
     
    COMPRA RESPONSABLE DE ALIMENTOS 
     
     
    Para realizar una compra saludable, sostenible y responsable de alimentos considere en principio las recomendaciones de las autoridades sanitarias de #YoMeQuedoEnCasa y evite aglomeraciones innecesarias. Puede adoptar algunas medidas precautorias como evitar realizar sus compras en momentos del día en los que suele acudir mucha gente a los establecimientos comerciales. Al entrar en ellos, siga las indicaciones del personal de seguridad para la sanitización y acceso. Evalúe también el tipo de establecimiento al que vaya, algunos reciben más afluencia que otros. Ya estando dentro del local mantenga su sana distancia de al menos un metro y medio con otras personas y lave muy bien sus manos una vez que regrese a casa. Es preferible que se encargue de la compra una única persona.

     
    El abastecimiento de alimentos está garantizado por las autoridades por lo que es innecesario y hasta perjudicial la afluencia masiva a los establecimientos. Trate de minimizar el número de visitas al mercado y supermercado y, en cualquier caso prefiera comercios pequeños por razones importantes: Son visitados por menos personas, incluso algunas tiendas solo admiten la entrada de una única persona. Puede usar guantes de látex o nitrilo para la compra de frutas y verduras a granel. La pequeña y mediana empresa son las que más sufren en situaciones de emergencia. Al realizar sus compras en estos lugares, estará favoreciendo la economía local y la supervivencia de estos establecimientos. Además de que contribuiremos a una alimentación sostenible.

     
    Para el pago puede utilizar sus tarjetas bancarias y así evitar que el cajero toque dinero y estará aún menos expuesto a contaminación. Realice compra online siempre que sea posible. Como hemos señalado, el suministro de alimentos básicos está garantizado por las autoridades competentes por lo que hay que comprar solo lo necesario, y si en algún momento no hay algún producto, no entre en pánico, es muy probable que se repondrá en breve. Si compra alimentos en cantidad exagerada, puede que otras personas no encuentren lo que necesitan y lo peor es que posiblemente esté contribuyendo al desperdicio de alimentos, un tema de gran preocupación a nivel mundial llamado: Inseguridad Alimentaria.

     
    Se preguntará qué es lo que debe comprar para un periodo de cuarentena y la respuesta es que los alimentos no perecederos son la preferencia en estos casos, pero dado que nos aseguran el suministro de alimentos frescos, podemos adquirirlos en las cantidades convenientes y necesarias, de acuerdo a la capacidad de almacenamiento y refrigeración en el hogar, sin sobreestimar las cantidades. Se pueden y deben almacenar en la despensa o en frío, según sea el caso, sin omitir que no debe realizar una compra exagerada, pues no es sostenible, solidario ni ético en estos momentos. Puede adquirir:

     
    • Productos secos como leguminosas (frijol, garbanzo, haba, lentejas, etc.), frutos secos, semillas, frutas y verduras deshidratadas, harínas, cereales, pan tostado, pastas, arroz, quinoa, avena, etc. Prefiera versiones integrales.
       
    • Alimentos enlatados: leguminosas, verduras, conservas de pescado y mariscos al natural o en aceites de buena calidad (aceite de oliva virgen extra), leche, o bebidas vegetales. Aceite de oliva, vinagre, sal, etc.
       
    • Alimentos congelados: verduras, leguminosas, pescado, mariscos, carnes. Evite boquerones, surimi, filetes empanizados, croquetas, etc. Que el único ingrediente sea la carne o el pescado.
       
    • Otros productos perecederos que se pueden comprar frescos o refrigerados y también se pueden congelar como carnes, pescados y mariscos. Recuerde que algunas verduras previamente escaldadas también pueden congelarse (por ejemplo: calabacita, berenjena, brócoli, coliflor, champiñones, etc.).
       
    • Alimentos perecederos que solo se pueden conservar en refrigeración: verdura que no se pueden congelar (por ejemplo, lechuga), algunas frutas frescas, huevos, lácteos (leches fermentadas como el yogur o el kéfir natural, mantequilla, quesos, requesón, etc. y perecederos que se mantienen a temperatura ambiente y que no se deben refrigerar: algunas frutas frescas como el plátano y los cítricos.
       
     
    De todo esto, conviene comprar las cantidades ajustadas a las necesidades , calculando en función de lo que se va a consumir para un menú planificado para una semana, haga su lista y compre únicamente lo incluido.

     
     
    MANEJO DE ALIMENTOS 

     
    La ‘European Food Safety Authority’ es enfática al señalar que no hay pruebas de que los alimentos puedan ser una fuente de trasmisión del virus y se mantiene monitorizando esta cuestión. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido recomendaciones de precaución que incluyen consejos para lograr buenas prácticas de higiene durante la manipulación y preparación de alimentos, como lavarse las manos, cocer suficientemente la carne y pescado y, evitar contaminación cruzada entre alimentos crudos y cocidos.

     
    Las personas que trabajan con alimentos deben lavar sus manos garantizando apego a éste protocolo:
     
    • Antes de iniciar sus labores.
    • Antes de manipular alimentos cocinados o listos para comer.
    • Después de manipular o preparar alimentos crudos.
    • Después de manipular residuos o desechos.
    • Después de realizar tareas de limpieza.
    • Después de usar el baño.
    • Después de sonarse la nariz, estornudar o toser.
    • Después de comer, beber o fumar.
    • Después de manejar dinero.
     

    Estas buenas prácticas ya se realizan en los procesos de la industria alimentaria, pero deben de extenderse por precaución como parte de las medidas generales de higiene entre quienes manipulan alimentos en cocinas y restaurantes; ya que según datos preliminares de algunos estudios, el virus que causa COVID-19 posiblemente pueda llegar a sobrevivir en superficies u objetos, en especial en las superficies plásticas. Recordemos que los 4 pasos clave de la seguridad alimentaria son:

     
    * * * Limpiar, Separar, Cocinar y Enfriar * * *

     
    Esperamos que ésta información te haya sido de utilidad y te invitamos a estar pendiente de las proximas publicaciones en torno a éste padecimiento y su vinculación con nuestro estilo de vida.

     

    REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

     

    1. Organización Mundial de la Salud (OMS). Q&A on coronaviruses (COVID-19) [sede web]. OMS. [acceso 15/03/2020]. Disponible en: https://www.who.int/news-room/q-a-detail/q-a-coronaviruses.

    2. Sun P, Qie S, Liu Z, Ren J, Li K, Xi J. Clinical characteristics of 50 466 hospitalized patients with 2019-nCoV infection. J Med Virol. 28 de febrero de 2020

    3. Academia Española de Nutrición y Dietética y Red de Nutrición Basada en Evidencia (NuBE). Recomendaciones de alimentación y nutrición para la población española ante la crisis sanitaria del COVID-19. Documento de postura de la Academia Española de Nutrición y Dietética y del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas. Disponible en:
      https://academianutricionydietetica.org/NOTICIAS/alimentacioncoronavirus.pdf  

    4. Yang Z, Zeng Z, Wang K, Wong S-S, Liang W, Zanin M, et al. Modified SEIR and AI prediction of the epidemics trend of COVID-19 in China under public health interventions. J Thorac Dis

    5. Li XY, Du B, Wang YS, Kang HYJ, Wang F, Sun B, et al. [The keypoints in treatment of the critical coronavirus disease 2019 patient]. Zhonghua Jie He He Hu Xi Za Zhi Zhonghua Jiehe He Huxi Zazhi Chin J Tuberc Respir Dis

    6. Frangeskou M, Lopez-Valcarcel B, Serra-Majem L. Dehydration in the Elderly: A Review Focused on Economic Burden. J Nutr Health Aging. junio de 2015;19(6):619-27.

    7. Tieri M, Ghelfi F, Vitale M, Vetrani C, Marventano S, Lafranconi A, et al. Whole grain consumption and human health: an umbrella review of observational studies. Int J Food Sci Nutr. 21 de enero de 2020;1-10.

    8. Singer P, Blaser AR, Berger MM, Alhazzani W, Calder PC, Casaer MP, et al. ESPEN guideline on clinical nutrition in the intensive care unit. Clin Nutr Edinb Scotl. 2019;38(1):48-79.

    9. N. Chen, M. Zhou, X. Dong, et al. Epidemiological and clinical characteristics of 99 cases of 2019 novel coronavirus pneumonia in Wuhan, China: a descriptive study Lancet, 395 (10223) (2020), pp. 507-513

    10. Xu Z, Shi L, Wang Y, et al. Pathological findings of COVID-19 associated with acute respiratory distress syndrome. Lancet Respir Med 2020; published online Feb 17.

    11. Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, ´Coronavirus (COVID-19): lo que los padres deben saber´, UNICEF, Madrid, 2020, en: https://www.unicef.org/es/historias/coronavirus-lo-que-los-padres-deben-saber  consultado el 5 de marzo de 2020.

    12. Adalja AA, Toner E, Inglesby TV. Priorities for the US Health Community Responding to COVID-19. JAMA. Published online March 03, 2020. doi:10.1001/jama.2020.3413

    13. Livingston, E; Bucher, K; Rekito, A. Coronavirus Disease 2019 and Influenza. JAMAInfographic. JAMA. Published online February 26, 2020. doi:10.1001/jama.2020.2633

    14. Velavan, T.P. and Meyer, C.G. The COVID‐19 epidemic. Trop Med Int Health, 25: 278-280. 2020. doi:10.1111/tmi.13383

     

     

    Los comentarios han sido deshabilitados.