Acción Educativa en Diabetes, Obesidad y Sobrepeso, A.C.
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Diabetes y Ejercicio en tiempos del COVID-1906 Apr 20 - 13:00 En esta época de tanto desconcierto y desinformación, AEDOS estará brindando información de utilidad para cuidar de la salud de las personas que viven con una enfermedad crónica como la diabetes. Seguramente hemos escuchado charlas o incluso comerciales en televisión, que anuncian los beneficios de las vitaminas, vacunas, fármacos u otras estrategias para prevenir los estragos que este virus está causando en prácticamente todo el planeta, el Covid19. La realidad es que, hasta el día de hoy, no existe nada que pueda curarlo o prevenirlo, que no sean las medidas higiénicas y la adopción de hábitos saludables para cuidar de nuestra salud. Las personas que están en mayor riesgo para contraer esta enfermedad causada por el Covid19, son aquellas mayores de 60 años o los menores de 5 años, así como quienes viven ya con una enfermedad crónica como la diabetes, hipertensión, obesidad, dislipidemia (alteración de colesterol, triglicéridos), EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), cáncer, lupus, los fumadores, etc., independientemente de la edad que tengan. ¿Quiénes están en menor riesgo? Están en menor riesgo las personas jóvenes, quienes no han viajado recientemente al extranjero, quienes no han convivido con personas enfermas o sospechosas de haberse contagiado por Covid19, quienes no viven con una enfermedad crónica y, por supuesto, quienes acostumbran tener, cotidianamente, hábitos saludables como una alimentación e hidratación correctas, hábitos de sueño y descanso adecuados, quienes saben resolver bien los procesos de estrés y/o duelo, y quienes acostumbran ejercitarse regularmente, pues todos estos buenos hábitos, mantienen a nuestro sistema de defensa funcionando en orden. Existe una gran evidencia científica, respecto a los beneficios de la práctica habitual de ejercicio, como ejemplo la disminución hasta del 30% en la mortalidad general por cualquier causa. Su utilidad se incluye en ésta y en todas las épocas y, nos sirve, ya sea que estemos sanos o que tengamos alguna enfermedad como las arriba señaladas. La Asociación Americana de Diabetes (ADA), ya desde hace algún tiempo ha hecho énfasis en que las personas con esta enfermedad, no sólo deben ejercitarse diariamente (al menos 150 minutos por semana), combinando ejercicios de tipo aeróbico y de fuerza o resistencia, sino en la importancia de incrementar la actividad física, considerablemente, en nuestra vida cotidiana, para mejorar el control de diabetes y el de otras enfermedades. En el año 2016, la ADA publicó una recomendación, para que las personas que viven con diabetes, especialmente quienes tienen diabetes tipo 2, hagan 3 minutos de actividad física leve (sentadillas, caminata, estiramientos), por cada 30 minutos que permanezcan sentados o de pie, con lo que se ha evidenciado mejora en el control de la glucosa. ¿Cuáles son los beneficios del ejercicio? A continuación señalamos los beneficios que la ciencia ha demostrado, tiene la práctica regular del ejercicio físico:
¿Qué debo hacer en esta etapa de cuarentena o aislamiento social?
¿Una vez pasada la contingencia, cómo debe prescribirse el ejercicio?
El ejercicio, así como cualquier otra terapia, debe ser prescrito y vigilado por una persona experta en el tema y se debe combinar tanto rutinas de tipo aeróbico como de fuerza y resistencia para mejorar el control metabólico. A menos que se tengan condiciones graves de salud como una infección aguda, riesgo de derrame cerebral, infarto evidente o reciente, o descontrol metabólico severo (glucosas mayores a 300 mg/dl, tensión arterial descontrolada, retinopatía proliferativa, hipertiroidismo no controlado, etc); todas las personas con sobrepeso, obesidad o diabetes, pueden ejercitarse diariamente o, al menos, 5 días por semana. Quienes no lo han hecho nunca, deben acudir antes de iniciar cualquier rutina, a una valoración médica integral y comenzar paulatinamente. A continuación presentamos un cuadro con las recomendaciones de cómo empezar y continuar:
*FCM: Frecuencia Cardiaca Máxima. La fórmula más comúnmente utilizada para calcular la FCM es restar 220 – edad y, posteriormente, se calcula el porcentaje recomendado para cada etapa del programa: x 0.63 (ejercicio leve), x 0.76 (ejercicio moderado) o por 0.95 (ejercicio vigoroso); el resultado de estas operaciones, será el número de latidos cardiacos que debe tener el corazón, en un minuto, al realizar una sesión de ejercicio. Por ejemplo, si una persona nunca ha hecho ejercicio y tiene 58 años, debe empezar las primeras cuatro semanas, durante 3 o 4 días, realizando ejercicio de intensidad leve por 15 o 30 minutos; así entonces, se calcula 220 – 58 =162 y luego esta cifra se multiplica x 0.63, dando como resultado 102.06, siendo estos los latidos que debe tener el corazón, en un minuto, inmediatamente después de terminar la sesión de 15 o 30 minutos, para saber que el ejercicio fue de leve intensidad.
Existen muchas fórmulas para calcular la intensidad del ejercicio, pero una forma muy práctica para identificarla, es la Escala de Borg, la cual nos ayuda a determinar si el ejercicio que realizamos es de intensidad leve (rangos del 0 al 3), de intensidad moderada (del 4 al 7) o de intensidad vigorosa, en los rangos del 8 al 10. Todos los programas de ejercicio deben contener una fase de calentamiento (5 a 15 minutos), de acondicionamiento (15 o más minutos) y de enfriamiento (5 a 10 minutos) y se deben ir modificando paulatinamente los componentes del mismo (frecuencia, duración, intensidad y tipo de ejercicio). Cada tipo de ejercicio (aeróbico o anaeróbico), aporta beneficios diferentes. El ejercicio de tipo aeróbico (caminata, natación, baile, ciclismo, etc.), es aquel que utiliza grandes grupos musculares, movimientos continuos y es de larga duración, este tipo de ejercicio, mejora la condición cardiocirculatoria de las personas, contribuye de manera importante a la pérdida de peso (cuando se realiza por más de 60 minutos) y mejora los niveles de glucosa. Por su parte, el ejercicio de tipo anaeróbico, es aquel que mejora la fuerza, resistencia y flexibilidad, muy útil para mejorar la sensibilidad de la insulina; se caracteriza por la utilización de menos grupos musculares en cada sesión, las rutinas son de corta duración pero de alta intensidad (carreras de velocidad, cargar peso, rutinas de ejercicios de intervalos de alta intensidad, juegos de raqueta), en esta categoría también puede entrar la práctica del yoga y el taichi, muy útiles para mejorar la movilidad y flexibilidad, entre otros beneficios. Ejemplo de rutina:
Por supuesto vamos a obtener mayores beneficios cuando practicamos alguna rutina de ejercicio físico de manera constante, al menos durante 5 días a la semana, llevando a cabo un buen programa y verificando los resultados obtenidos, también de manera regular (toma frecuente de niveles de glucosa, monitorización del peso corporal y la tensión arterial, etc.). Recomendaciones generales para cuando termine la contingencia
El ejercicio debe ser considerado siempre como parte del tratamiento de la diabetes y de otras enfermedades crónicas como la obesidad y la hipertensión, esta etapa de crisis y aislamiento, es una buena oportunidad para adoptarlo y reconocer sus múltiples beneficios… ¡Muévete ya! Referencias bibliográficas
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