Acción Educativa en Diabetes, Obesidad y Sobrepeso, A.C.

    POR QUÉ ELEGIR ESTAR SANO

    10 Oct 14 - 14:16


    Resulta un asunto complicado definir la salud, ya que es un concepto que posee múltiples connotaciones. De acuerdo con el diccionario, la salud consiste en el ejercicio normal de todas las funciones, mientras que, para la Organización Mundial de la Salud [OMS], este concepto implica tener un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de enfermedades o afecciones. La salud también puede ser determinada con base en la normalidad de valores mesurables como la presión arterial, el peso, la glucosa, el colesterol, la temperatura, entre otros. El problema que conlleva apegarse a dichos valores, radica en que existe una extensa variabilidad biológica entre una persona y otra. En realidad, la salud representa un constructo sumamente subjetivo, ya que lo que es normal o bueno en algunas personas, no necesariamente lo es en otras. Sin embargo, no es necesario ahondar mucho en las definiciones de salud, pues el propósito del artículo es otro… Precisar cuáles son los factores que nos llevarían a elegir una vida saludable.

           Para empezar, es importante mencionar que, a pesar de que el significado de la salud es sumamente relativo, si existen aspectos en concreto que fungen como una guía para saber qué es lo que podemos hacer para estar sanos. En seguida los describo…

              Todos hemos leído o escuchado en anuncios publicitarios que parte fundamental de una vida saludable es contar con una rutina de ejercicios. Nadar, andar en bicicleta, correr, caminar, jugar fútbol, bailar o cualquier otra actividad que aumente el ritmo cardiaco, hará que tengamos una mejor condición física y cardiovascular. Hacer ejercicio, independientemente de cuál elijamos, contribuye a mejorar la forma y resistencia física, disminuir el peso corporal, regular las cifras de presión arterial, colesterol y glucosa, mantener la densidad de los huesos, mejorar flexibilidad y movilidad de las articulaciones, reducir la sensación de fatiga, entre otros. Más allá de los beneficios físicos, seguir una rutina de ejercicio ayuda a mejorar la autoestima y el estado de ánimo, disminuir tensión y estrés, reducir el nivel de depresión, aumentar el estado de alerta y la coordinación, etc.

          Otra característica esencial de una vida saludable es tener una alimentación correcta. Comer correctamente significa llevar una dieta completa, equilibrada, inocua, suficiente, variada y adecuada. Una dieta completa es aquella en la que se incluyan todos los nutrimentos: proteínas, grasas y carbohidratos; equilibrada significa que estos grupos de alimentos guarden las proporciones adecuadas entre sí, con respecto al plato del bien comer; el término inocua se refiere a que la dieta debe contener alimentos que no impliquen ningún riesgo para la salud, ya sea por la fecha de caducidad, medio y condiciones higiénicas en las que sean preparados, así como el consumo moderado. La dieta será suficiente cuando cubra las necesidades de alimentación sin excederse, esto es, sin seguir comiendo cuando nos sintamos satisfechos; por variada, se refiere a que la dieta debe incluir diferentes alimentos de cada grupo en las comidas, no comer siempre lo mismo por muy sano que parezca; y finalmente, una dieta adecuada es aquella que vaya acorde con los gustos y cultura de quien la consume y ajustada a sus recursos económicos, sin que ello signifique que las otras características sean sacrificadas o ignoradas.

                  Por otra parte, aún cuando dormir es una actividad tan placentera, no todas las personas duermen de manera correcta. Dormir correctamente implica poder dormirse de forma relativamente rápida por las noches y despertar por las mañanas sintiéndonos frescos y descansados. Las horas que tengamos de sueño también son algo fundamental, lo ideal es que sean seis a ocho horas por día. Dormir participa en la conservación de la energía y descanso físico, mejora la memoria y creatividad, es auxiliar en el aprendizaje de tareas motoras complejas, regula la presión arterial, regula el apetito, entre otros beneficios. Cuando los horarios de sueño se ven afectados, ya sea por exceso o defecto, se altera la capacidad de atención y concentración, el estado de ánimo, afecta el peso y el índice de masa corporal [IMC] aumentando ambos, aumenta el riesgo de muerte prematura e incrementa los niveles de estrés.

               Dos hábitos que tienen gran popularidad a nivel social son fumar y beber alcohol; ambos ejercen un impacto altamente negativo en la salud de las personas (no sólo en quienes los practican). En primer lugar, el hecho de fumar causa daños importantes en casi todos los órganos del cuerpo, está vinculado con la aparición de cataratas, neumonía y ocasiona la tercera parte de las muertes relacionadas con cualquier tipo de cáncer (boca, laringe, pulmón, cérvix, riñones, páncreas, estómago, etc.). Además de cáncer, fumar también causa enfermedades pulmonares como la EPOC, y problemas cardiovasculares, como enfermedad vascular periférica, cerebrovascular, infartos, entre otras. En cuanto al hecho de beber alcohol, los efectos adversos son igualmente múltiples. Los problemas más conocidos son la cirrosis hepática, hígado graso, hepatitis, cardiomiopatía alcohólica y el síndrome de Korsakoff, los cuales en ocasiones se manifiestan hasta después de 15 o 20 años de ingerir alcohol; sin embargo, desde antes envían algunas señales, tales como esofagitis, gastritis, acidez, indigestión, úlceras, elevación de triglicéridos, etc. También puede ocasionar cáncer del tracto digestivo superior, pancreatitis, diabetes y peritonitis. A nivel del Sistema Nervioso existen consecuencias como neuropatía periférica, desorientación, pérdida de memoria, problemas visuales, deterioro de la memoria y el intelecto, dificultades motrices y, por supuesto, alteraciones importantes en el desempeño social cotidiano. Así, es evidente que fumar y beber alcohol son hábitos que deterioran a gran escala el funcionamiento general de los individuos, por lo que evitarlos o dejarlos favorece el mantenimiento de la salud.

              Más allá de los aspectos y conductas mencionadas, visitar al médico periódicamente permite monitorizar el estado de salud y tener una orientación adecuada al respecto.

           Después de esta breve revisión, queda claro que la salud implica sacrificios y dejar hábitos que nos producen placeres inmediatos. De hecho, mucha gente considera que llevar una vida saludable es sinónimo de llevar una vida de restricciones y, por tanto, una vida en la que no queda espacio para disfrutar de las cosas “buenas”. Es cierto, procurar la salud conlleva algunas privaciones placenteras pero, ¿por qué privilegiar las satisfacciones que producen los placeres inmediatos sobre aquellas que producen los placeres a un plazo más prolongado?

               Me parece que parte fundamental de tomar la decisión de llevar una vida saludable, reside en el hecho de aprender a resistir la inmediatez del placer; es decir, optar por el placer de esperar el placer… Los seres humanos, al desarrollarnos como seres racionales (en la mayoría de los casos), somos perfectamente capaces de no ser dominados por el placer y la necesidad de obtenerlo. El problema se encuentra en que las recompensas inmediatas pueden ser percibidas a través de nuestros sentidos, mientras que las futuras deben ser representadas en la imaginación. Aún así, lo cierto es que lo que llega fácil, fácil se va; los placeres inmediatos son placeres efímeros, mientras que los que llegan en un plazo más largo son los que brindan resultados más duraderos y valiosos por el esfuerzo que implican.

               Podría enlistar una lista enorme de todos los beneficios que aporta el hecho de optar por la salud (además de los descritos a lo largo del texto), y aún así no serían suficientes como para convencerte a ti lector, de la importancia y gran ventaja que tiene la adopción de hábitos saludables; no obstante, el reto no está en adquirir un conocimiento mayor, sino en aprender a valorar los grandes placeres por encima de los pequeños y fugaces; aprender un poco del autocontrol a través del establecimiento de metas que nos lleven a tener una vida saludable, comprendiendo que el placer no es el placer inmediato sino el estado y la vida placentera (por tanto sana).

               Porque la salud es una elección, vale la pena esperar las recompensas más valiosas y educar la voluntad para encontrar, con su recto ejercicio, la felicidad de tener una vida más prolongada, en buenas condiciones y sin requerir de hospitalizaciones ni gastos médicos que pueden evitarse.


     
     LIC. PSIC. SARAH ALEJANDRA ORTIZ ROSALES
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